Escuchemos activamente

¿Estamos escuchando para entender o para responder? Muchas veces nos distraemos con cualquier otra cosa que está pasando y comenzamos a formular argumentos en contra mientras la otra persona sigue hablando. Sin embargo, existe una técnica de comunicación que nos puede ayudar con esto: la escucha activa. Esto significa hacer un esfuerzo consciente para realmente escuchar el mensaje que nos están comunicando.

Con práctica, podemos desarrollar esta habilidad. Por ejemplo, cuando se nos está dificultando mucho mantenernos concentrados en lo que nos están diciendo, podemos repetir mentalmente las palabras que estamos escuchando para procesarlas. Esto nos puede ayudar a recordar con mayor facilidad puntos clave y reflexionar sobre el mensaje que estamos recibiendo. La clave es ser activos. Es decir, además de esforzarnos al escuchar, dar retroalimentación al otro logra que la comunicación fluya aún más. Podemos lograr esto con preguntas, al parafrasear lo que escuchamos e incluso con comunicación no verbal como asentir la cabeza, mantener una postura abierta o mantener contacto visual. Practicar escuchar para entender cambia la perspectiva con la que recibimos los mensajes que otros nos comunican y podemos hacerlo también para influir la manera en la que comunicamos los propios.