No olvides lo poderoso que eres.

¿Alguna vez te has sentido inferior o sobrepasado por algo o alguien? Suele ser normal que nos comparemos con los que nos rodea, que deseemos más inteligencia, más belleza, inclusive más éxito o riquezas; pero, aún dentro de la sociedad materialista en la que estamos inmersos, no debemos olvidar lo valiosos que somos.

Ser valioso no tiene que ver con la cantidad de efectivo en tu bolsillo o el número de tarjetas en tu cartera, va más allá. Se trata de descubrir las características, habilidades y potencial que tenemos para aportar algo a este mundo, a nuestro mundo o al de alguien más. Todos somos capaces de desarrollar capacidades y crecer. Las comparativas impuestas por la sociedad, los estándares que nos rigen, no necesariamente deben ser parte de nuestro dogma. No necesitas un auto del año para valer más que alguien más, ni requieres de un cuerpo inmaculado para probar tu valía como persona, es difícil llegar a comprender que no todos cabemos en un molde de arcilla sin imperfecciones.

Cultiva tu persona, haz ejercicio, realiza meditaciones y cultiva tu cerebro. No vale más quién más tiene sino quién más sabe. El conocimiento es poder y nos ayuda a salir de la caja en la que estamos impuestos a pensar. Crea grupos de personas cercanas que se interesen más por temas que te apasionen a que solo sean grupos que se juntan para autodestruirse o infligir estándares cada vez más inalcanzables. Terminamos convirtiéndonos en aquello que nos rodea, así que escojamos con cuidado a quién queremos a nuestro alrededor. Ser selectivo no es ser elitista, sino cuidar nuestro bienestar y cultivar nuestras prioridades.

No pierdas de vista lo que vales; cultivate hoy y mañana sin perder de vista tus objetivos.