¿Por qué será que nos aterra que al prójimo le vaya mejor que a nosotros? Aunque no queramos la oportunidad que se le presentó a alguien más, el pensamiento de “yo lo merezco más” es casi instintivo e inmediato.
Tal vez sea en un inicio el instinto de supervivencia el que se activa, pero somos perfectamente capaces de modular nuestros pensamientos y tener el control de nuestras acciones. Es inevitable tener esa clase de pensamientos, pero podemos aprender a hacerlos menos recurrentes y cooperar con alguien para que consiga sus metas. Hoy por ti y mañana por mi.
Seamos más humanos y menos animales, busca tus oportunidades, se empático y coopera cuando tengas la oportunidad de hacerlo. El universo siempre recompensa la energía que inviertes ayudando a otros.
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